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A mover el cuerpo, a mover tu esqueleto y el de tu bebé

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En uno de los primeros artículos colgados en este blog “Tu cuerpo, tu gestación y tu transformación”, te hablé de los diferentes sistemas y su funcionamiento, entre ellos el cardiovascular, respiratorio, endocrino, inmunológico, luego te hablé de las “Emociones” y dejé para hablarte de un sistema bastante importante durante el embarazo y fundamental para tu parto: “Sistema osteomuscular”.

Comienzo citando a Carol Welch, terapista emocional: “El movimiento es una medicina para crear el cambio físico, emocional y mental”, quien, con una sencilla frase, resume la importancia del movimiento, entendido en este caso como ejercicio, sus bondades y beneficios con relación a tu embarazo.

Cambios en tu Cuerpo Durante el Embarazo

Tu embarazo va acompañado de cambios en tu cuerpo y su funcionamiento, los cuales debes conocer e interpretar como esperados, normales.

Tu cuerpo se va adecuando en forma lenta y progresiva para compartirlo con la nueva criatura que viene en camino; la ganancia de peso mes a mes exige que tu cuerpo se vaya adaptando. Es así como la postura corporal busca mantener la estabilidad de tu cuerpo; la curvatura hacia adentro de la zona inferior de tu espalda se pronuncia, alcanzando lo que se llama “hiperlordosis”, para equilibrar el peso del útero grávido.

De igual manera, puedes presentar una ligera cifosis, una curvatura en la espalda, también para contrarrestar el peso de las mamas que aumentan con el embarazo.

A nivel de tus músculos, estos tienden a “tensionarse” un poco, lo que se conoce como hipertonía, logrando un efecto similar a la lordosis y cifosis antes descrita.

Dentro de tu sistema musculoesquelético, merece mención especial la pelvis, región anatómica inferior del tronco, en forma de embudo, osteomuscular, en donde encontramos el hueso sacro y el ilíaco a cada lado, siendo este último conformado a su vez por tres huesos: ilion, isquion y pubis. Un dato anatómico importante es la diferencia de la pelvis femenina, que es más ancha y con mayor movilidad, lo cual facilita la labor de parto.

 

Beneficios del Ejercicio Durante el Embarazo

El movimiento, al que llamaré ejercicio, tiene grandes ventajas en lo físico, emocional y mental, como bien lo dijo Carol Welch. Te contaré algunas de sus ventajas:

Físico: Fortalece tus músculos, mejora el tono muscular, la fuerza y la resistencia. El piso pélvico está mejor “preparado” para el trabajo de parto; los sistemas cardiovascular y respiratorio se fortalecen, mejorando la oxigenación de tus tejidos y, por ende, los del bebé. La lordosis y cifosis producidas por el aumento de peso abdominal y mamario no causan molestia por el fortalecimiento de los músculos de tu espalda, y tus huesos metabolizan mejor el calcio.

Emocional: Está demostrado que el ejercicio físico mejora tu ánimo, aumenta la autoestima, activa la química de la felicidad, reduce el estrés y la ansiedad y mejora el estado de ánimo; es excelente relajante.

Mental: Protege contra el deterioro cognitivo, genera pensamientos positivos, el optimismo aparece y la creatividad aumenta.

Además, el ejercicio reduce tus dolores de espalda, el estreñimiento, la distensión estomacal y los edemas; ayuda a dormir mejor, previene el aumento de peso excesivo, y existe un menor riesgo de diabetes gestacional. El trabajo de parto es más breve, y se ha documentado la reducción del riesgo de tener una cesárea como alternativa para el nacimiento.

Si eres una mujer que antes del embarazo hacía ejercicio, te queda fácil comprender los grandes beneficios y adecuar tu cuerpo a la nueva situación de embarazo. Si no lo hacías, debes comenzar lo más pronto posible para alcanzar los grandes beneficios descritos.

Actividades Recomendadas para Mantenerte Activa

Teniendo el movimiento como la base, tres actividades físicas te recomiendo: caminar, nadar y bailar.

Se considera que con 30 minutos diarios, descansando un día a la semana, es más que suficiente para lograr excelentes resultados. Si hacías ejercicio, este tiempo de 30 minutos es adecuado; si no, debes iniciar con períodos de tiempo más cortos, comenzando con 10 minutos y aumentando el tiempo a medida que tu cuerpo lo tolere. No se trata de agotar el organismo ni de llevarlo hasta la fatiga o el cansancio extremo; se pretende llevar el cuerpo, las emociones y la mente a un estado de bienestar.

Puedes pensar en sesiones de yoga prenatal, pues te permitirá articular cuerpo y mente y, por ende, tus emociones.

Escríbeme a hola@irinatirado.com si tienes algo para preguntar y te invito a unirte a mi comunidad de mamás en todo el mundo que han decidido prepararse conmigo.

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